Deprecated: Function create_function() is deprecated in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php on line 258

Deprecated: File class-phpmailer.php is deprecated since version 5.5.0! Use wp-includes/PHPMailer/PHPMailer.php instead. The PHPMailer class has been moved to wp-includes/PHPMailer subdirectory and now uses the PHPMailer\PHPMailer namespace. in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/functions.php on line 6078

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831

Warning: Cannot modify header information - headers already sent by (output started at /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-content/plugins/revslider/includes/framework/functions-wordpress.class.php:258) in /home/n3wf13ldc0ns/public_html/wp-includes/rest-api/class-wp-rest-server.php on line 1831
{"id":1199,"date":"2018-01-31T19:00:33","date_gmt":"2018-01-31T19:00:33","guid":{"rendered":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/?p=1199"},"modified":"2018-02-19T21:18:21","modified_gmt":"2018-02-19T21:18:21","slug":"paper-la-distincion-las-competencias-organizacionales","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/2018\/01\/31\/paper-la-distincion-las-competencias-organizacionales\/","title":{"rendered":"Paper: La distinci\u00f3n de las Competencias Organizacionales"},"content":{"rendered":"
La filosof\u00eda del lenguaje al postular, con JL Austin, que \u201clenguaje es acci\u00f3n\u201d, no s\u00f3lo cambia nuestra concepci\u00f3n del lenguaje, simult\u00e1neamente cambia tambi\u00e9n nuestra concepci\u00f3n de la acci\u00f3n. El lenguaje deja de ser considerado pasivo y descriptivo, pasando a ser concebido como activo, transformador, con capacidad de generaci\u00f3n de nuevas realidades. La acci\u00f3n, por su parte, se expande al dominio del lenguaje, permiti\u00e9ndonos reconocer el poder transformador del habla y permiti\u00e9ndonos referirnos a los \u201cactos de habla\u201d. Estos dos desarrollos resultan fundamentales en la emergencia del discurso de la ontolog\u00eda del lenguaje.<\/div>\n
<\/div>\n
<\/div>\n
La distinci\u00f3n.<\/em><\/strong><\/div>\n
<\/div>\n
Con el tiempo, sin embargo, el concepto de actos de habla se nos hizo estrecho y nos atrevimos a sugerir un concepto que, incluy\u00e9ndolos, a su vez recog\u00eda fen\u00f3menos y dimensiones que quedaban fuera. Introdujimos entonces la distinci\u00f3n de \u201ccompetencias conversacionales\u201d. Nos pareci\u00f3 que esta distinci\u00f3n ten\u00eda varias ventajas. Entre ellas, estaba el producir un desplazamiento del lenguaje a las conversaciones. Ello implicaba reconocer el car\u00e1cter social del lenguaje. El lenguaje es un fen\u00f3meno interactivo. Surge y se desarrolla en interacciones sociales con otros. Existen muchas aptitudes humanas que surgen de manera espont\u00e1nea en los individuos. Respiramos, gateamos, caminamos, nos levantamos y nos sentamos, por cuanto nuestra biolog\u00eda nos predispone a hacerlo. No necesitamos a otros para que esto suceda.<\/div>\n
<\/div>\n
Con el lenguaje no sucede lo mismo. Requerimos, para poder desarrollarlo, entrar en interacciones ling\u00fc\u00edsticas con otros para poder acceder a \u00e9l. De no tener estas experiencias, no logramos desarrollar capacidad de lenguaje. Es lo que sucede, por ejemplo, con los diversos casos de \u201cni\u00f1os-lobos\u201d, que se desarrollan en la selva y que crecen apoy\u00e1ndose en animales, sin acceder al lenguaje. El fen\u00f3meno del lenguaje es tributario del fen\u00f3meno de las conversaciones. Esto no desconoce que una vez adquirida la capacidad de lenguaje, podamos desarrollar conversaciones con nosotros mismos, sin necesidad de interacciones con otros. Pero ello s\u00f3lo acontece luego de haber adquirido, en pr\u00e1cticas conversacionales que involucran a otros, la capacidad de lenguaje.<\/div>\n
<\/div>\n
Una segunda ventaja que nos proporcionaba la distinci\u00f3n de competencias conversacionales es que ella no se restringe al habla y nos permit\u00eda incluir otros fen\u00f3menos ling\u00fc\u00edsticos no menos importantes. Entre ellos, hab\u00eda uno cuya importancia nos parec\u00eda crucial y que no encontr\u00e1bamos que hubiese sido adecuadamente abordado. Me refiero, por ejemplo, a la escucha. Previamente nos hemos referido tambi\u00e9n al car\u00e1cter expresivo del silencio.<\/div>\n
<\/div>\n
Para nosotros la escucha es la piedra de toque de todos los fen\u00f3menos de lenguaje. El habla, siendo un fen\u00f3meno primariamente social, se valida en la escucha que obtenemos frente a lo que decimos. Es la escucha la que determina la efectividad del habla y, por lo tanto, una de las competencias que debe desarrollar qui\u00e9n habla es la de hacerse responsable de la escucha del otro. De igual manera, tenemos tambi\u00e9n que hacernos responsables de la escucha que le prestamos a otros. El concepto de competencias conversacionales nos permit\u00eda, por lo tanto, incluir dentro la competencia de la escucha.<\/div>\n
<\/div>\n
Pero era necesario ir incluso m\u00e1s all\u00e1. Los seres humanos no s\u00f3lo escuchamos lo que los dem\u00e1s nos dicen, escuchamos tambi\u00e9n los silencios. Interpretamos los que \u00e9stos pueden significar y sabemos, por ejemplo, que un silencio puede ser mucho m\u00e1s elocuente que las palabras. Con la distinci\u00f3n de competencias conversacionales gan\u00e1bamos por todos lados.<\/div>\n
<\/div>\n
Pero ella pose\u00eda otras ventajas. Una conversaci\u00f3n no se restringe tan s\u00f3lo a intercambios ling\u00fc\u00edsticos. El lenguaje es tan s\u00f3lo uno de sus componentes, Hay al menos otros dos que juegan un papel muy importante en el car\u00e1cter de una conversaci\u00f3n y en los resultados que \u00e9sta sea capaz de generar. Me refiero a los dominios de la emocionalidad y de la corporalidad.<\/div>\n
<\/div>\n
Resultaba importante, entonces, abrirse a ambos dominios, poder examinar los distintos fen\u00f3menos que en cada uno de ellos se generaban y determinar el rol que jugaban en las conversaciones. El concepto de competencias conversacionales agregaba valor a nuestro an\u00e1lisis m\u00e1s restringido del habla.<\/div>\n
<\/div>\n
Una de nuestras primeras sorpresas consisti\u00f3 en reconocer la novedad de la distinci\u00f3n. No se dispon\u00eda de un concepto equivalente que permitiera sopesar todo cuanto descubr\u00edamos que estaba presente en las acciones de lenguaje. Sabemos que una distinci\u00f3n no es trivial. S\u00f3lo podemos observar lo que nos es posible nombrar y, al no encontrarnos con una distinci\u00f3n para hablar de estas competencias, todo cuanto ella ahora iluminaba, quedaba en completa oscuridad. No se trataba tan s\u00f3lo de poder observarlas, la ausencia de la distinci\u00f3n imped\u00eda tambi\u00e9n aprenderlas y mejorarlas, de una manera intencional. Ellas no s\u00f3lo ocupaban un punto ciego de nuestra mirada, tampoco nos era dise\u00f1ar la posibilidad de desarrollarlas.<\/div>\n
<\/div>\n
Desde el momento que introdujimos esta distinci\u00f3n ella devino un elemento central de nuestra propuesta. No dudamos en llamarla una de las importantes vigas maestras en las que se sustenta el discurso de la ontolog\u00eda del lenguaje.<\/div>\n
<\/div>\n
\u00bfA qu\u00e9 apuntamos cuando hablamos de competencias conversacionales?<\/span><\/em><\/strong><\/div>\n
<\/div>\n
Demos algunos ejemplos de estas competencias conversacionales para que identifiquemos de qu\u00e9 estamos hablando. Hemos mencionado ya la competencia de la escucha que, por su importancia, no dudamos de elevar al rango de \u201creina\u201d de las competencias conversacionales.<\/div>\n
<\/div>\n
Est\u00e1n tambi\u00e9n todas las competencias del habla. Entre ellas hacemos una separaci\u00f3n, tomada de Chris Argyris (1923-2013), entre dos modalidades del habla diferentes: la proposici\u00f3n y la indagaci\u00f3n. Con la primera damos a conocer a otros lo que pensamos y exponemos nuestra manera de observar las cosas. Con la segunda, ponemos el \u00e9nfasis en abrirnos a escuchar lo que los dem\u00e1s observan, piensan y confieren sentido.<\/div>\n
<\/div>\n
Luego tenemos los diferentes actos de habla y ello nos lleva a explorar actos de lenguaje tales como son, por un lado, las afirmaciones, con las cuales constatamos hechos y situaciones, y, por otro lado, las declaraciones, que poseen la capacidad de desplegar la capacidad propiamente transformativa del lenguaje. Dentro de \u00e9stas \u00faltimas, podemos distinguir los juicios, con los cuales interpretamos el car\u00e1cter de lo que sucede y determinamos las acciones a tomar. Tambi\u00e9n, dentro de los actos declarativos, incluimos las peticiones, las ofertas y las promesas, que nos permiten coordinar acciones con otros.<\/div>\n
<\/div>\n
Tenemos competencias conversacionales algo m\u00e1s complejas, que integran diversas de las anteriores. Podemos mencionar dos. En primer lugar, la competencia para dise\u00f1ar conversaciones de manera de orientarnos hacia el logro de nuestros objetivos y de resolver los problemas que nos encontramos en el camino. No hay s\u00f3lo un tipo de conversaci\u00f3n. \u00c9stas son m\u00faltiples y diferentes y es importante aprender a dise\u00f1ar procesos conversacionales en los que estas distintas conversaciones se articulan de manera de servir lo que buscamos. Es muy distinto, por ejemplo, saber c\u00f3mo conducir una conversaci\u00f3n que busca generar posibilidades que en un momento en que no las vemos, que coordinar las acciones para alcanzar un objetivo que ya hemos identificado.<\/div>\n
<\/div>\n
En un plano diferente \u2013 y nuevamente inspirados por Argyris \u2013 podemos hablar tambi\u00e9n de las competencias que resultan necesarias para poder conversar eficazmente sobre cuestiones que no sabemos abordar sin que se generen problemas que terminamos por lamentar, lo que hace que finalmente las callemos. Aprender a hablar con eficacia sobre lo que normalmente callamos es otra de estas competencias conversacionales m\u00e1s complejas.<\/div>\n
<\/div>\n
En lo anterior hemos privilegiado fen\u00f3menos propios del lenguaje. Pero es importante no olvidar, como lo hemos se\u00f1alado, el conjunto de fen\u00f3menos que son propios de los dominios de la emocionalidad y la corporalidad. Ellos son de una amplitud y profundidad equivalentes a los que encontramos en el lenguaje e inciden tanto en el car\u00e1cter como en el resultado de nuestras conversaciones. No abundaremos de manera espec\u00edfica en ellos. Pero es importante incluirlos dentro de la distinci\u00f3n de competencias conversacionales.<\/div>\n
<\/div>\n
Caracterizaci\u00f3n de las competencias conversacionales<\/span><\/em><\/strong><\/div>\n
<\/div>\n
Habiendo precisado a lo que nos referimos cuando hablamos de competencias conversacionales, procedamos ahora a caracterizarlas. Sostenemos que, en lo fundamental ellas poseen nueve importantes rasgos. Veamos cada uno de ellos.<\/div>\n
<\/div>\n
1. Son gen\u00e9ricas<\/em>.<\/span> Donde quiera que haya seres humanos, sin importar el tiempo ni el espacio, estas competencias ser\u00e1n siempre importantes para la existencia humana. Dicho de otra forma, ellas no son dependientes de las condiciones hist\u00f3ricas particulares en las que tal existencia se desarrolla. Podremos estar en una sociedad primitiva o en una altamente desarrollada, estas competencias ser\u00e1n importantes. Podremos estar viviendo en China o en Chile, no importa el lugar, estas competencias nos resultar\u00e1n imprescindibles. En tal sentido, son gen\u00e9ricas. Ello implica, inherentes a lo que es constitutivo de lo humano, propias de la especie humana.<\/div>\n
<\/div>\n
2. Son resistentes a la obsolescencia<\/em>.<\/span> En la actualidad estamos acostumbrados a escuchar que todo cambia. Que cambian las necesidades, los productos, los procesos. Que todos nuestros conocimientos y competencias devendr\u00e1n inevitablemente obsoletos. Se nos dice que lo \u00fanico que no cambia es el cambio mismo. Sin embargo, hemos aprendido que el cambio, aunque no deje de acontecer, tambi\u00e9n cambia. Pero a diferencia de nuestras competencias t\u00e9cnicas o funcionales, las competencias conversacionales se caracterizan por perdurar en el tiempo y, en la medida que haya seres humanos involucrados, nunca dejar\u00e1n de ser determinantes en su manera de relacionarse con los dem\u00e1s y de conducir su existencia. Aprenderlas, por lo tanto, es una de las mejores inversiones en aprendizaje que podemos hacer de cara al futuro.<\/div>\n
<\/div>\n
3. Son transversales<\/em><\/span>. Hemos se\u00f1alado que estas competencias ser\u00e1n siempre importantes para los seres humanos, no importa el tiempo y el espacio; no importa las condiciones hist\u00f3ricas en los que \u00e9stos vivan; no importa el entorno. Destacamos ahora que ellas son importantes en cualquier dominio de la existencia humana, en cualquier \u00e1mbito de la vida. Si a alguien se le ense\u00f1a a escuchar de manera efectiva y a asegurar que, cuando habla, los dem\u00e1s interpreten sus palabras como \u00e9l o ella quisiera, ello sin duda le va a permitir tener un mejor desempe\u00f1o en el trabajo, sea cual fuera su actividad laboral. Pero lo que es m\u00e1s importante es que esta misma competencia se va a expresar en el resto de los \u00e1mbitos de su vida y se traducir\u00e1, muy posiblemente, en una mejor relaci\u00f3n de pareja, en una mejor relaci\u00f3n con sus hijos, con sus amigos, etc. Eso es lo que entendemos por transversalidad.<\/div>\n
<\/div>\n
4. Son adaptativas<\/em>.<\/span> Las competencias conversacionales nos sirven tambi\u00e9n para poder responder de mejor forma a los cambios de nuestro entorno, Nos confieren una mayor flexibilidad y capacidad de adaptaci\u00f3n. Nos permiten anticipar algunos acontecimientos, interpretar mejor su impacto y consecuencias y dise\u00f1ar respuestas m\u00e1s efectivas para evitar costos m\u00e1s altos en nuestra existencia. En definitiva, nos sirven para incrementar nuestra capacidad de sobrevivencia, para preservar la vida y cuidar la calidad de \u00e9sta.<\/div>\n
<\/div>\n
5. Son transformativas<\/em>.<\/span> Hoy en d\u00eda, gran parte de nuestras pr\u00e1cticas de transformaci\u00f3n se sustentan en estas competencias. No estamos desconociendo la importancia de las competencias t\u00e9cnicas o funcionales. Pero s\u00ed estamos reconociendo que las competencias conversacionales han devenido determinantes en todos los procesos de transformaci\u00f3n en los que participamos. Es posible que, para muchos, lo que acabamos de decir no sea evidente. Elaboremos entonces este punto un poco m\u00e1s.<\/div>\n
<\/div>\n
El trabajo que en la actualidad se lleva a cabo, sea \u00e9ste manual o de conocimiento, requiere no s\u00f3lo de conocimientos espec\u00edficos y de competencias t\u00e9cnicas particulares, pero tambi\u00e9n de estas competencias conversacionales. El trabajo es una actividad social, desarr\u00f3llese de manera individual, en equipos o en procesos de trabajo. Pues bien, las competencias conversacionales son las competencias sociales por excelencia. Tomemos el caso del trabajo de conocimiento. La aplicaci\u00f3n del conocimiento al trabajo se realiza, por lo general, en pr\u00e1cticas conversacionales. El trabajador de conocimiento al efectuar su trabajo se convierte en un agente conversacional. Ello determina que los resultados que se generan a partir de su desempe\u00f1o no son s\u00f3lo funci\u00f3n de sus conocimientos, sino tambi\u00e9n de las competencias conversacionales que la aplicaci\u00f3n de tales conocimientos demanda. Ello explica por qu\u00e9 aquellos que obtuvieron las mejores calificaciones en sus estudios y, supuestamente aprendieron m\u00e1s, o aquellos que han le\u00eddo m\u00e1s libros, no son siempre los m\u00e1s eficaces. Aunque \u00e9stos sepan m\u00e1s que otros, no logran generar los resultados que \u00e9stos alcanzan, por sus deficiencias conversacionales.<\/div>\n
<\/div>\n
De la misma forma, la gerencia que, en el pasado, funcionaba satisfactoriamente recurriendo al mecanismo del mando y control para regular un trabajo manual que se limitaba a recibir instrucciones, hoy en d\u00eda descansa cada vez m\u00e1s en el despliegue de estas competencias conversacionales. La gerencia es una pr\u00e1ctica conversacional dirigida a garantizar resultados y m\u00e1s all\u00e1 de los procedimientos gerenciales que puedan acompa\u00f1arla, ella se sustenta crecientemente en este tipo de competencias. As\u00ed lo reconocen los m\u00e1s importantes portavoces del management en la actualidad.<\/div>\n
<\/div>\n
Si nos desplazamos al campo de la innovaci\u00f3n, de la creatividad y del emprendimiento, nos vemos obligados a reiterar lo mismo. Aquellos talentos aparentemente ocultos y muchas veces considerados \u201cinnatos\u201d o \u201cnaturales\u201d, cuando los examinamos de cerca, descubrimos que remiten precisamente a estas competencias. Claro, cuando no \u00e9ramos capaces de identificarlas, cuando no pose\u00edamos la distinci\u00f3n, era muy dif\u00edcil que pudi\u00e9ramos reconocerlo. Pero una vez que disponemos de ella, descubrimos que se trata de desempe\u00f1os que articulan competencias conversacionales diversas y que \u00e9stas son los elementos fundamentales en los que se sostienen.<\/div>\n
<\/div>\n
Lo mismo corresponde decir en relaci\u00f3n a la tem\u00e1tica del liderazgo. El l\u00edder se apoya en un conjunto perfectamente identificable de competencias conversacionales. Toda esa \u00e1urea m\u00e1gica, carism\u00e1tica, que atribu\u00edamos a los l\u00edderes, se disipa cuando somos capaces de observar la manera como ellos acuden a estas competencias. A partir de entonces, el misterio del liderazgo se desvanece.<\/div>\n
<\/div>\n
Por \u00faltimo, me parece importante referirme a los procesos de transformaci\u00f3n que dirigimos, no hacia el mundo exterior, sino hacia nosotros mismos. Me refiero al fen\u00f3meno del aprendizaje. Esta es un \u00e1rea que ha sido determinante en todo lo que hacemos, no s\u00f3lo por cuanto apunta directamente a la pr\u00e1ctica de aprendizaje profundo que es el coaching ontol\u00f3gico, sino tambi\u00e9n porque nos ha permitido trabajar apoyando el desempe\u00f1o de m\u00faltiples instituciones educacionales, tanto a nivel escolar como superior. La pr\u00e1ctica pedag\u00f3gica, nuevamente, es una pr\u00e1ctica conversacional dirigida a generar aprendizaje de manera que los alumnos puedan observar lo que antes no observaban, conducir acciones que antes no pod\u00edan y generar resultados que previamente les eran inaccesibles. Uno de estos resultados es el de cambiar ellos mismos, transformar el tipo de ser que antes eran.<\/div>\n
<\/div>\n
Un buen maestro no s\u00f3lo requiere conocer su materia. Tambi\u00e9n requiere asegurar que el aprendizaje de sus alumnos se realice. Para que ello se logre, se requieren de diversas competencias conversacionales. En \u00faltimo t\u00e9rmino el aprendizaje se logra en el \u00e1mbito de la escucha de sus estudiantes. \u00c9ste es el secreto de una pedagog\u00eda altamente eficaz. Para comprenderlo, sin embargo, tenemos que entender cabalmente el fen\u00f3meno de la escucha, lo que exige superar las concepciones que hasta ahora hemos desarrollado sobre ella. Es sorprendente la ignorancia que nos ha acompa\u00f1ado en la comprensi\u00f3n de \u00e9sta importante competencia.<\/div>\n
<\/div>\n
6. Son relacionales<\/em>.<\/span> Nuestras relaciones sociales, sean \u00e9stas personales o de trabajo, est\u00e1n determinadas por la calidad de las conversaciones en las que se sustentan y, de manera particular, por nuestras competencias e incompetencias conversacionales. Saber entenderse con los dem\u00e1s, saber escuchar al otro, coordinar acciones con \u00e9l o con ella, crear espacios en lo que nos importa pueda ser expuesto y compartido, sin hacernos da\u00f1o, espacios en los que se expandan los umbrales de posibilidades, en los que encontremos mutuamente bienestar y garanticemos, cuando sea pertinente, desempe\u00f1os exitosos, todo ello, remite a las competencias conversacionales. Nuestras relaciones son conversacionales y nuestras conversaciones son relacionales. Hablar de unas es siempre hablar de las otras.<\/div>\n
Actualmente las as\u00ed llamadas competencias relacionales son cada vez m\u00e1s demandadas. En la contrataci\u00f3n de personal, hoy en d\u00eda, no s\u00f3lo se buscan personas t\u00e9cnicamente competentes. Tambi\u00e9n se espera que logren entenderse bien con los dem\u00e1s y sean capaces de colaborar juntos. Cuando se trata de evaluar estas competencias \u201crelacionales\u201d, uno constata la pobreza de los criterios de avaluaci\u00f3n que se utilizan. El criterio de evaluaci\u00f3n m\u00e1s socorrido es el de pedir las referencias de trabajos pasados para determinar si se trata o no de una persona dif\u00edcil o conflictiva. Ello es del todo insuficiente.<\/div>\n
<\/div>\n
7. Son sist\u00e9micas<\/em>.<\/span> Todo sistema social humano descansa en las competencias conversacionales. No en vano se trata de competencias que determinan el car\u00e1cter de nuestra sociabilidad. Los niveles de bienestar, la riqueza de experiencia conjunta y su clima emocional, y, cuando corresponde, los niveles de desempe\u00f1o que cualquier sistema social conformado por seres humano, remiten a las ellas. M\u00e1s all\u00e1 de las abstracciones, estamos hablando de lo que pasa en nuestras relaciones de pareja, en nuestras familias, en nuestras escuelas, en nuestras empresas, sindicatos, partidos pol\u00edticos, clubes deportivos, etc. Todos estos sistemas sociales se alimentan de las competencias conversacionales de sus miembros.<\/div>\n
<\/div>\n
8. Son existenciales<\/em>.<\/span> M\u00e1s all\u00e1 de todo lo anterior, estas competencias determinan la calidad y el car\u00e1cter de nuestra existencia y condicionan nuestra felicidad y la plenitud de sentido en nuestras vidas. Muchos de los resultados que frecuentemente atribuimos a la mala suerte, guardan en rigor relaci\u00f3n con estas competencias y con nuestra incapacidad para observarlas y conferirles la importancia que merecen. Lo que seamos capaces de hacer en la vida y las oportunidades que logremos abrir, apuntan a ellas. Una vez alguien me dijo, \u201cel azar se nos parece\u201d. Sin negar el azar, hay, sin duda, algo de verdad en ello.<\/div>\n
<\/div>\n
9. Son ontol\u00f3gicas<\/em><\/span>. Ten\u00edamos que llegar a este punto. Las competencias conversacionales, por sobre todo lo anterior, determinan el tipo de ser que somos y que podemos llegar a ser.<\/div>\n
<\/div>\n
Por cuanto comprometen nuestro ser, ellas dan cuenta de lo que definimos como ontol\u00f3gico. Por esa raz\u00f3n, ellas representan la materia prima m\u00e1s importante del trabajo de un coach ontol\u00f3gico. Ellas est\u00e1n en el coraz\u00f3n de esta nueva disciplina y representan una de las herramientas m\u00e1s poderosas de su pr\u00e1ctica. En ellas se apoya el coach ontol\u00f3gico tanto para producir los aprendizajes transformacionales que hagan falta, a la vez que busca simult\u00e1neamente desarrollarlas en el coachee. Los problemas que \u00e9ste declara y que lo conducen a solicitar la intervenci\u00f3n del coach ontol\u00f3gico, por lo general, est\u00e1n asociados a incompetencias en este terreno. Un buen coach ontol\u00f3gico no puede prescindir de una comprensi\u00f3n profunda de estas competencias conversacionales.<\/div>\n
<\/div>\n
Nueve rasgos. Quiz\u00e1s en el futuro detectemos algunos otros. Con todo, cada uno de ellos nos muestra la importancia de esta distinci\u00f3n y nos abre a un mundo de competencias que previamente \u00e9ramos completamente incapaces de reconocer y mucho menos desarrollar. Cuando uno dispone de esta distinci\u00f3n, ya no puede sino preguntarse asombrado c\u00f3mo era posible desenvolverse en la vida sin ella. La importancia que estas competencias poseen es inconmensurable.<\/div>\n
<\/div>\n
Hemos comenzado por distinguirlas, identificarlas por separado, por comprenderlas y aprender c\u00f3mo desarrollarlas, como aprenderlas e incluso c\u00f3mo ense\u00f1arlas. Los que hemos logrado lo anterior, somos todav\u00eda muy pocos. Esperamos que pronto llegue el momento en que ellas sean adecuadamente valoradas y ello permita a que formen parte de la educaci\u00f3n que todos recibimos. Estamos todav\u00eda lejos de ello.<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Distinguir las competencias conversacionales del resto de los actos del habla nos permite reconocer el car\u00e1cter social del lenguaje y explorar otros fen\u00f3menos en la interacci\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"author":3,"featured_media":1202,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","footnotes":""},"categories":[4],"tags":[16,19,21,20],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1199"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/3"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1199"}],"version-history":[{"count":4,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1199\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":1204,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1199\/revisions\/1204"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/1202"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1199"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1199"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.newfieldconsulting.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1199"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}